15 septiembre 2008

CIBERCULTURA: Una nueva forma de concebir el mundo

Desde hace más de una década atrás, los hábitos de consumo de las sociedades se fueron trasladando del mundo real, concreto, al mundo virtual. Actividades como la búsqueda de información en bibliotecas o el paseo por shoppings para comparar precios, pasaron a ser dominio de lo virtual.
Durante este tiempo, tuvieron lugar numerosos cambios que modificaron radicalmente los modos de ver la vida y de concebir el mundo, dando lugar a una nueva categoría cultural: la “CIBERCULTURA”, la cual pasó a apropiarse de la vida cotidiana de las sociedades.
La nueva vida cibernética se caracteriza por no ser una práctica individual, sino compartida, e implica y genera, al mismo tiempo, la construcción de comunidades de usuarios, organizados de acuerdo a intereses comunes.

El filósofo francés
Alain Finkielkraut, anunció hace casi una década atrás: “equipada, de ahora en adelante, con máquinas informáticas, la sociedad ya no funciona por encierro, sino al aire libre, por control continuo y comunicación instantánea”. Y en la actualidad, esta frase no solo es comprobable, sino que se ve potenciada en gran medida. El poder de internet tiene dimensiones tales, que logró desplazar del centro a la gran dicotomía “REALIDAD – VIRTUALIDAD”, y llegó a influir a las generaciones más próximas (los denominados “nativos digitales”, menores de 30 años) hasta el punto en que las necesidades básicas pasaron a ser el acceso a la web, la adquisición de teléfonos celulares, el correo electrónico o las consolas de videojuegos, entre otros.
Asimismo, y a pesar de que el acceso a internet y al mundo virtual resulta cada vez más fácil, un sector de la sociedad permanece excluido de esta nueva realidad, y se evidencia marcadamente la brecha que se generó entre las sociedades “on-line” y “off-line”.

Otro aspecto que caracteriza a la cibercultura es la conformación de sociedades de usuarios, como ya se enunció anteriormente; y es posible gracias a la gran circulación de la información a nivel mundial y de manera instantánea, facilitada por las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Esta posibilidad de trascender las barreras espacio-temporales, afecta directamente a la cultura, exigiéndole la renovación de sus funciones y la dilatación de su campo de acción. La consecuencia más directa es la transculturización de los pueblos, que ya no pertenecen a una comunidad local y específica, sino que se nutren – o contaminan – de otras culturas diferentes, creando una nueva: una cultura global.
Anteriormente, el motor de la tecnología digital era la capacidad de procesar y distribuir información; sin embargo hoy prioriza la capacidad de conexión y comunicación entre personas o comunidades más allá de los limites espaciales.
El sociólogo español Manuel Castells
manifiesta que "estamos pasando de la sociedad de la información a la sociedad de redes, donde cada uno de los usuarios es un nodo de diferentes entramados que se cruzan (laborales, familiares, amistosos). Esto explica el pasaje de la Web estática del siglo pasado a la Web participativa de esta era, en la que el concepto de Web 2.0 ilustra un movimiento incesante y multidireccional basado en blogs, redes sociales, wikis y la actividad de la comunidad de usuarios en el centro de la escena".

Más información:
ADNcultura (Diario La Nación)
http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=998518
Instituto Universitario Audiovisual (Barcelona)
http://www.iua.upf.es/formats/formats2/tom_e.htm
Revista La Factoría (Catalunia)
http://www.lafactoriaweb.com/articulos/giannetti12.htm
MECAD (Centro de Medios, Arte y Diseños)
http://www.mecad.org/e-journal/archivo/numero2/art4.htm

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